miércoles, 3 de octubre de 2012

Todo Comunica

¿Por qué Comunic@te? Muy secillo, porque si no lo haces estás perdido.
Cuando decidí crear un espacio, mi espacio en internet, tuve muy claro que no simplemente iba a ser un espacio para comunicar, sino que sería un espacio en el que pudiera trasladar mi filosofía profesional y mi conocimiento. Dos cosas que se sustentan bajo un nexo común, la COMUNICACIÓN, sobre la que he estudiado durante muchos años y en la que llevo trabajando bastante tiempo. Y lo hago porque soy periodista y comunicadora, pero principalmente porque soy persona.

Estoy convencida de que la Comunicación es la base del Éxito. Eso sí, la buena comunicación, porque la mala se convierte en otra base, la del fracaso. Y cada uno lo puede aplicar a su esfera personal y más privada. Cuando hablamos con amigos, colegas de profesión, incluso familiares estamos reflejando lo que somos. La forma de comunicar, el lenguaje empleado, nuestros gestos, expresiones..., contribuyen a proyectar una imagen de lo que somos ante la opinión pública. De eso dependerá cómo nos vean los demás.

Se supone que el simple hecho de trabajar, colaborar o intervenir en un medio de comunicación ya lleva implícito un componente comunicativo en la persona. Sin embargo no siempre es así. No basta con comunicar y ya está, hay que comunicar haciendo un correcto uso de la herramienta. En este momento, espero se vengan a vuestras cabezas perfiles de comunicadores de televisión bien distintos, los buenos y los malos, porque los hay.  Personas que por 'hacer una mala comunicación' han hundido su imagen, su reputación y otras que es 'la buena comunicación' la que le mantiene en el estrellato.

Aplíquenlo a la esfera que quieran. Cuántos políticos tienen manchada su imagen no tanto porque no hacen las cosas bien sino porque no saben comunicarlo bien, en el momento y en la forma correcta. Hay una máxima en este área que es "Hazlo bien y hazlo saber", pues de nada sirve que un político, un gestor, un economista... haga bien su trabajo, si no sabe comunicarlo y hacerlo llegar a la sociedad, a la opinión pública, a aquellos que en su día le votaron y del que esperan una respuesta. De qué le sirve a un buen abogado conocer las leyes si no sabe hacer una buena defensa, gestionar el diálogo y diseñar una correcta intervención en un juicio. De qué le sirve a un periodista conocer al dedillo los detalles de la noticia y cuando se pone frente a la cámara se bloquea.

Escribiendo estas líneas recuerdo la de veces que, trabajando en televisión hemos entrevistado a alguién y hemos dicho "una y no más Santo Tomás". Y en la mayoría de los casos eran eminencias en su área, directivos, doctores honoris causa, investigadores, presidentes de... Sin embargo no empatizaban con el espectador. Esos, pocas veces volvían a plató. Quizás sean unos fuera de serie en sus trabajos pero tienen el cartel de prohibido en las reuniones de redacción, cuando se hacen escaletas. Y no crean que es broma, son los catalogados 'huesos televisivos' que no cumplen los tiempos, hablan en su argot profesional, para que nadie los entienda y se gustan a sí mismos. Pero afortunadamente, también hay de los otros, de los que con sus habilidades comunicatias han levantado su imagen, han proyectado una buena reputación.

Son esos los que se rifan todas las televisiones. Podría hablar de muchos, sin embargo, me viene a la cabeza un ejemplo muy claro, sencillo y popular, seguro conocido por todos.  Él es Karlos Arguiñano, cocinero vasco y muy mediático por sus programas en televisión. Piensan ustedes que es el mejor cocinero del país y por eso le dieron su espacio televisivo. No lo creo, y no digo con esto que sea mal cocinero, pero sobre todo es 'buen comunicador', sabe cómo dirigirse a su público, qué lenguaje utilizar, qué estrategias comunicativas seguir, qué habilidades sociales emplear. Quizás, la gran mayoría de personas que se sientan frente al televisor para ver el programa no sólo buscan una receta sino entretenimiento y empatía con el comunicador. Y ahí ha estado siempre la base de su éxito,"su saber comunicar". Pero no solo en su espacio de la televisión, sino en su visión como empresario, utilizando técnicas de publicidad, consolidan a su restaurante como uno de los más visitados del país. Y no me dirán que en él se come mejor que en ningún otro sitio, sino que a su 'buen hacer' se suma su 'buen decir', porque cuántos restaurantes, con ricos platos, cierran a diario por ausencia de clientes, quizás ellos no vieran en la comunicación su estrategia de éxito y de ahí su fracaso.

Tengo tantas razones para convencerles de que la comunicación lo mueve todo que este ha sido el primero de los muchos argumentos que leerán en este espacio.

Cristina Avilés

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